miércoles, 12 de noviembre de 2014

The Bang Bang Club


Título original: The Bang Bang Club

Año: 2010
Duración: 107 min.
País:Canadá Canadá
Director: Steven Silver
Guión: Steven Silver
Música: Philip Miller
Fotografía: Miroslaw Baszak
Reparto: Taylor Kitsch, Malin Akerman, Ryan Phillippe, Frank Rautenbach, Patrick Lyster, Neels Van Jaarsveld, Russel Savadier
Productora: Coproducción Canadá-Suráfrica; Foundry Films
Género: Drama | Fotografía. Basado en hechos reales



Sinopsis:
Kevin Carter, Ken Oosterbroek, Greg Marinovich y Joao Silva formaron en la década de los 90 el Bang-Bang Club. Con este nombre se conoció al grupo de fotógrafos que cubrió los violentos incidentes que acompañaron al movimiento de liberación de la raza negra en Sudáfrica: la lucha contra el Apartheid.
Particularmente, a principios de los años noventa, cuando ya se sentían los vientos de cambio y cuando el país se sumió en un violencia sin precedentes. De este grupo formaban parte Joao Silva, Kevin Carter, Greg Marinovich y Ken Oosterbroek. A su alrededor gravitaban otros grandes fotógrafos de guerra como Gary Bernard y James Natchwey (la labor de este último la retrata el documental War Photographer, nominado a un Oscar).
Aunque debido a la censura del gobierno de Partido Nacional su trabajo apenas salía publicado en Sudáfrica, fue un artículo publicado en la revista local Living el que les puso nombre. Los llamó los “Bang Bang Paparazzi”.
Por razones evidentes, el nombre “paparazzi” se cambió por el de “club”, ya que no se puede comparar la labor de estos jóvenes que se jugaban la vida para meterse en los townships con el trabajo de quienes cazan imágenes de Britney Spears o Paris Hilton.

Violencia orquestada
Corrían tiempos duros para Sudáfrica. Cada día se contaban decenas de muertes en los enfrentamientos entre los seguidores del Congreso Nacional Africano de Mandela (ANC), y los zulúes separatistas del Inkatha, dirigidos por Mangosuthu Buthelezi.
Se perpetraban masacres en trenes, en las calles, pero sobre todo en los albergues para trabajadores y estudiantes de los barrios negros. Se mataba a gente al azar.
Con el tiempo se descubrió que los zulúes, más allá de sus disputas ancestrales con los xhosas, estaban siendo alentados por las fuerzas blancas a luchar contra su propia gente con la intención de demostrar al mundo que los negros no se podían gobernar a sí mismos, y que el partido de Mandela no estaba preparado para tomar el poder.
Morir para contar
Si el mundo llegó a saber la verdad, fue gracias a la labor de estos cuatro fotógrafos, dos de los cuales acabaron su vida de forma trágica.

1.Ken Oosterbroek murió durante las luchas en Tokoza, un township situado al sur de Johannesburgo. Tenía 28 años. Y el hecho sucedió el 18 de abril de 1994, apenas unos días antes de esas primeras elecciones democráticas y no racistas que los miembros del Bang bang club habían luchado por que tuvieran lugar.

2.Kevin Carter, que sufría de adicción a las drogas, se suicidó dos meses más tardes. Había recibido el premio Pullitzer por sus imágenes de una niña y un buitre en Sudán. Fotografía por la que también se puso en duda su integridad moral, en un debate que al menos a quien escribe estas palabras le ha parecido siempre estúpido, y propio de quien no ha estado en nunca en el terreno o de articulistas ociosos sentados a miles de kilómetros en la comodidad de sus redacciones (como sucedió a nivel nacional con Arcadi Espada, cuyas críticas a la obra de Javier Bauluz fueron igual de estúpidas, o quizás más…).
Sacas la foto y acto seguido espantas al buitre. Ganas, a cambio, una imagen que sacudió millones de conciencias. El asunto no tiene más misterio, como sostiene Joao Silva, que estaba allí junto a su amigo y que captó la misma imagen. El niño no estaba abandonado, se encontraba junto su familia a un centro de alimentación de la ONU en el sur de Sudán.

3.Greg Marinovich ganó también el Pullitzer por su cobertura del asesinato de Lindsaye Tshabalala. Sigue en activo. Y es autor, junto a Joao Silva del libro The Bang Bang Club. Obra de prosa un poco deshilvanada, pero que no quita que estemos ante un documento histórico y humano tan fascinante como aleccionador.

4.Joao Silva, ganador del World Press Photo, continúa asimismo al pie del cañón. Sus imágenes, desde conflictos como Irak, muestran su compromiso continuado con la denuncia de la barbarie.

Este contenido fue publicado originalmente por: http://www.filmaffinity.com/es/film233604.html

1 comentario:

  1. La película es muy cruda, es impactante y difícil de digerir considerando que fue basada en hechos reales. La vida de cuatro fotoperiodistas dedicados a mostrar mediante su trabajo las historias de guerra entre los seguidores del Congreso Nacional Africano de Mandela (ANC) y los zulúes separatistas del Inkatha dirigidos por Mangosuthu Buthelezi, le lleva a uno a cuestionar la capacidad humana para presenciar esos actos extremamente crueles y deshumanizados y continuar la vida normalmente, mi respuesta es que poco a poco estos fotógrafos fueron desvalorizando la situación para poder soportarla, si bien su labor es importante ya que permite informar al mundo de la realidad de las guerras, tomar fotografías antes que socorrer a la ayuda de una persona no es más importante, como en el caso de Kevin Carter que terminó quitándose la propia vida por la presión que sentía moralmente al no haber ayudado a la niña que fotografió con el buitre atrás.

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