. n 1966 se estrenó Blow
up, una película diferente. Este fue el primer trabajo de Michelangelo
Antonioni en inglés filmado en Londres y que se inspiró en el cuento “Las babas del diablo” del argentino
Julio Cortázar. Muchos autores han dedicado profundos estudios a la obra de
Antonioni y a la de Cortázar; algunos otros se han detenido en la relación
directa que pudo haber entre uno y otro, o entre el film y el texto literario.
En este sentido, el presente trabajo intenta mostrar a ambos autores en Blow up.
La historia
de un fotógrafo es el inicio de las dos obras: varias vidas se pueden vivir en
diferentes espacios y si Cortázar sitúa a Roberto Michel, franco-chileno,
traductor y fotógrafo en un París existencialista, Antonioni compone un
personaje que es simplemente un fotógrafo de modas. ¨El fotógrafo de Blow
up (David
Hemmings), que en todas las reseñas, incluidas las notas de Antonioni, aparece
con el nombre de Thomas, aún cuando en ningún momento sea nombrado en el film,
carece de la actitud moralista de Roberto Michel, el fotógrafo diletante de
Cortázar y por consiguiente rehúsa intervenir en la historia¨ (Font, 184:
2003). El personaje de la película es un generador de imágenes, él no quiere
sorprenderse, su oficio es más bien el de sorprender al otro, su trabajo busca
mostrar antes de ver, ¿qué hay entre los que vemos la propuesta y aquellos que
la proponen?. La intervención sobre el hecho no es la intención de ninguno de
los dos (fotógrafo y espectador), pero en esta relación voyerista hay una
tercera figura a tomar en cuenta: aquello que es fotografiado/visto, la imagen.
En la
película la reflexión sobre la imagen es quizás el punto más importante que
inspira Blow up. “Entre
las mejores maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar
fotografías, actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños, pues
exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros” (Cortázar, 304:
2004). Antonioni permite al espectador buscar en las fotografías un sentido a
todo lo que sucede continuamente alrededor de la película.
Ahora que
sabemos que el conductor de esta historia es el fotógrafo que recorta la
realidad en un principio, y que no sabrá enfrentarse a ella con el desarrollo
de la historia, ya podemos acercarnos de una manera más correcta a la trama
misma de la película. ¨La idea deBlow
up me vino al
leer un breve relato de Julio Cortázar. No me interesaba tanto el argumento
como el mecanismo de las fotografías. Descarté aquel y escribí uno nuevo, en el
que el mecanismo asumía un peso y un significado diversos¨ (Antonioni, 337:
1970). La película, tal y como lo reconoce Antonioni, descarta la posibilidad
de poner en escena la obra de Cortázar de una forma clásica, en todo caso el
director entiende que el punto de partida puede estar más allá de la formal
traducción/traición hecha de una lengua a otra, o de un lenguaje a otro.
“Antonioni
empezó por escribirme una carta que yo tomé por una broma de algún amigo
chistoso, hasta advertir que estaba redactaba en un idioma que aspiraba a pasar
por francés, prueba irrebatible de autenticidad” (Cortázar, 237: 2009). Los
encuentros entre unos y otros pueden ser enfrentamientos o acercamientos,
pueden ser duelos, reuniones de negocios o simplemente uno más de los
resultados del azar y la casualidad. El director italiano había quedado
impresionado con algo que leyó, aunque eso que había leído no era precisamente
lo que estaba escrito. Un impulso lo llevó a hacer suyo el cuento de otro, creó
una imagen que sólo él podía imaginar, revelando lo que el director quería ver
de una obra que construye y reproduce nuevos cuestionamientos en todas sus
escenas.
Si “Las
babas del diablo” se desarrolla en París, Blow up encuentra en Londres un escenario
donde se desarrollará la historia que busca en los espacios abiertos
(esencialmente el parque) las respuestas a una pregunta jamás formulada. En el
lenguaje técnico de la fotografía, blow up es la definición de la máxima
ampliación de una imagen, esto resulta ser una de las formas más insistentes e
incisivas de la exploración sobre el tiempo detenido, el tiempo muerto.
La relación
entre Cortázar y Antonioni o entre la literatura y el cine, en este caso, se
nos ha propuesto como un elemento detonador de una nueva obra, donde la
presencia de otro autor puede resignificar lo ya escrito o poner en escena
aquello que conocemos desde antes.
“Vi la
película mucho después de su estreno en Europa, una tarde de lluvia en
Amsterdam pagué mi entrada como cualquiera de los holandeses ahí congregados y
en algún momento, en el rumor del follaje cuando la cámara sube hacia el cielo
del parque y se ve temblar las hojas, sentí que Antonioni me guiñaba un ojo y
que nos encontrábamos por arriba o por debajo de las diferencias; cosas así son
la alegría de los cronopios, y el resto no tiene la menor importancia” (Cortázar,
238: 2009
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http://www.cinemascine.net/archivo/cuarto_oscuro/Antonioni-y-Cortzar-en-Blow-up
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